Qué rabia da cuando nuestro esmalte favorito parece haberse secado, ¿verdad? Ese que siempre nos saca de un apuro, el que pintaba genial, el el color que más te favorecía todo el año, bronceada o sin broncear… ¿Y ahora qué hacemos? ¡No lo tires, hemos venido a ayudarte! A veces es un engorro tener que comprar otro esmalte parecido, ¡puede que no encuentres uno igual!
Seguro que has oído remedios ancestrales para devolverle a nuestros esmaltes un estado idóneo de nuevo. Nuestras madres, heredándolo ya de nuestras abuelas, siempre han sido sabias y nos han contado cómo hacerlo, y ahora les seguimos la corriente. Te contamos algunos truquitos para devolverle la vitalidad a tus pintauñas favoritos y cómo evitar que se sequen de nuevo, ¡esperemos que podamos reanimarlos!
1#. La paradoja: un poquito de quitaesmalte
Echa un par de gotitas del producto en el esmalte perjudicado, cierra el bote y agítalo bien. ¡Tu esmalte revivirá! Aunque no recomendamos repetir este paso muchas veces ya que, como te parecerá lógico y como su propio nombre indica, un quitaesmalte contiene partículas que eliminan el esmaltado, y a la larga puede ser perjudicial para tu pintauñas, pero estarás de acuerdo en que para salir de un apuro es un método infalible heredado de nuestras madres, ¡y nadie tiene más razón que una madre! En otra ocasión, en lugar de quitaesmalte, puedes utilizar diluyente.
#2. Esmalte al baño María
Como lo oyes: el agua caliente puede ayudar a reanimar a tu pintauñas como si de un masaje cardíaco se tratara. Calienta un poco de agua y justo antes de que llegue a ebullición, retírala del fuego. Introduce el bote de esmalte (¡bien cerrado!) en el agua sin sumergirlo del todo y espera un par de minutos. ¡Tu esmalte pintará mejor! ¿La mala noticia? Tendrás que volver a repetir el método para usarlo otra vez. ¡Algo es algo!
#3. ¿Lo ideal? ¡PREVENIR!
Prueba a guardar tus esmaltes en la nevera, ¡puede que ayudes a alargar su tiempo de vida! Por otro lado, el aire es el archienemigo de los pintauñas, pues solidifican la sustancia. ¡Aleja tus botes de ventanas y corrientes de aire desde el primer día! Además, cuando te pintes las uñas, debes evitar las eternidades: cuanto más tardes, más permanecerá abierto tu esmalte y más riesgos correrá de secarse.