UÑAS ACRÍLICAS

Las uñas acrílicas son, desde la década de los años 70, uno de los servicios más populares y demandados en los salones profesionales de manicura. Las uñas acrílicas, de entre todos los tipos de manicura artificial, se han convertido así en uno de los servicios más de moda y de tendencia.

El proceso habitual para hacerse las uñas acrílicas es utilizar un molde especial o tips, que se adaptan de forma perfecta a la uña natural. Después, con el producto resultante de la unión entre un líquido especial y un polímero en polvo (polvos acrílicos), se forma la “pasta que, posteriormente, la manicurista va a esculpir las uñas acrílicas, justo encima de las uñas naturales, previamente limadas y preparadas para el tratamiento. De esta manera, la capa de acrílico que se aplica sobre la uña natural se seca y adquiere una nueva consistencia, parecida a la del plástico duro: muy firme y resistente. Las uñas acrílicas suelen ser más duraderas que las de gel y, si se realiza un seguimiento y mantenimiento constante, pueden durar hasta 6 meses.

Dedicados a dar el mejor servicio a la manicurista profesional, los acrílicos de Crisnail son productos de última generación, modernos y funcionales, que no dañan la uñas, al no ser necesario aplicar primer previamente sobre la uña natural, y al no contener tóxicos en su formulación. Además, están enriquecidos con filtros UV, que evitan que el color de las uñas acrílicas se altere a causa de las radiaciones solares. Además, estos acrílicos tienen un olor suave y una textura muy flexible y fácil de trabajar, a la vez que una adherencia superior, para evitar desconchamientos. Las uñas acrílicas resultantes son muy fuertes y resistentes a los golpes y roces. De igual forma, de llegar a romperse son muy sencillas de reparar, con lo cual son cómodas para la manicurista profesional.